Categoría: Deprimirse
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Bajo olivos de hierro.
Nuestro sueño es una barca abandonada, una brújula, una mano temblorosa, un navegante desnudo a las puertas de la muerte, una ola, una llama apagándose, un compás de lágrimas. Nuestro sueño es; lo que maté cuando subí a ese tren, lo que rompo cada día al no romperlo, lo que grito cuando estoy solo,…
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Peligro
Participo una vez más en el reto que mi compañera de letras Rebeca, lanza cada mes en su página «Crónicas de la loca que cazaba nubes». Os animo como siempre a entrar en su página y también, al que se anime, a participar en sus retos literarios. Sin más preámbulos os dejo con el poema…
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El Angosto Pasillo
El jarrón quebrado, el goteo incesante, la luna durmiente, el mechero en la mano. Conozco una historia de caminantes en el horizonte, de firmamentos eléctricos, de agua en los costados, como de espaldas a la vida. Una duda volando, un recuerdo mojado de letras angostas y pétalos secos. Un universo paralelo, una noche…
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Bala perdida
El susurro cohibido, la noche imperfecta, el río corriendo y las manos en la hierba. El valle oscuro me despierta, y sus sombras susurran: «sangre de pecadores, sangre en su mirada.» El arma a la izquierda, una carta en la frente y la niebla ocultándolo, y el destino aguardando entre la maleza. …
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Fuego del tiempo
Las velas encendidas, la noche disolviéndose entre mis sábanas de polvo, entre paredes mordidas. El silencio prisionero, bajo llave en las entrañas. Susurra nombres tras un abanico, abanicándome en las sombras. Las velas encendidas y el coche acelerando: al calor de tus noches, al calor de unos dedos, al frío de las…
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Voces en ninguna parte
Vuelan los acentos en un torbellino calmo, acompasado en el vacío, rozando mis entrañas. La cámara continúa grabando, ascendiendo en la maraña de recuerdos como un demonio en las retinas, como un cuchillo que gira y gira, y sigue girando. He escalado hasta el horizonte con los párpados entumecidos, con las manos a…
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Entre las olas
Era un sonido desapareciendo entre las olas. Un guiño fugaz que impregna las retinas, con matices de eternidad. Mi secreto es un coro de voces maltrechas, de voces sin cuerdas y cuerdas sin tu voz. En las gotas se escaparon; la infancia, el autoengaño y el amor. Y todos se reían, y todos, entre tú…
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Reflejos a tu espalda
Ciegan la vista luces de otros, de ángeles abatidos, de cristales de tiempo. Busco detrás de tu espalda, Busco en los silencios, en los lugares lejanos, en aguaceros repentinos. Ciegan las letras, los carteles, las puertas llenas de cicatrices. Ciegan la luna, enmudecen tus vocales. Y me veo agotado, con los ojos ennegrecidos, el aliento…
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El ángel caído de ningún sueño.
Existe un escalofrío palpable, un sonido tintineante, que me envuelve en la noche, que se divierte sobre mis ojos. Busco el calor de los destellos, de la luz de ahí arriba. Tan distante como el «nosotros», tan fugaz como la vida, como el aliento adolescente. Tengo una historia en los dedos, de estrellas fugaces…
El Guardián de lo Desconocido 