Hoy
No me complicaré,
permitiré que el mundo se derrumbe,
arrastraré mis rodillas por el suelo,
prefiero no levantarme,
pero no dejaré que me domine el miedo.
Pensaba que era fuerte,
soñaba con poder alcanzar el cielo,
pero nunca vemos lo que hay detrás de todo,
nunca sabemos que ocurrirá,
abracémonos fuertemente mientras caemos,
aferrémonos a esa realidad inexistente.
Si, somos pocos locos entre cuerdos,
no, el cielo no es nuestro destino,
bajaremos al infierno en interminables escaleras,
escaleras de caracol ardiendo bajo las estrellas.
Todos los rostros son iguales,
fotocopias que caminan hacia lugares desconocidos,
a las mismas horas, con las mismas preocupaciones,
en un océano de edificios y grises calles.
Demasiado corta ha sido esta canción,
y las letras tan imprecisas…
como los pasos que las prisas dejan sobre las baldosas,
como los lamentos de tus ojos sobre oscuros escaparates.
Hoy lanzarse al vacío es más fácil,
y respirar se vuelve más complicado, pero hay que hacerlo,
¿no lo ves?
¿no lo ves?
somos un par de cuerdos en un mundo de locos.
Hoy no seremos uno más,
ni arrastraremos nuestros sueños por el suelo,
hoy, como mañana,
y a diferencia de ayer,
seremos nosotros,
nosotros mismos entre borrosos rostros similares…