Girar

Y girar y continuar girando
con las luces flotando
en un mar de medusas,
en un cielo de nubes, de rayos,
de fuego, de sangre, de lágrimas…,
y aún así continuar girando.
Y verte tan cerca que pueda sentir tus pálpitos
y temblar, y repetir, y rasgar mi ropa,
la tuya y los gritos de júbilo
con susurros en oídos de noche.
Y pedir perdón a la historia, a ella
y a él por haberme perdido
en un mar de dudas agónicas,
en un barco que dejé a la deriva
justo antes de perder de vista
la orilla.
Pero girar y seguir girando
sin olvidar que debo cada giro,
que estoy en deuda con cada pasajero,
con cada nudo y cada arteria abierta,
con cada hálito, cada revoloteo de mariposa
o mosca, o pájaro que desciende en busca
de una muesca de fonema que llevarse a la boca.
Con cada palabra que mastico al salir de tus labios
y cada cinta de vídeo que reproduzco,
tan vieja como la mitad de una vida,
tan vívida como estas frases recortadas
de un cerebro que se pierde
cada vez que unos ojos te miran
y que creo (a ciencia cierta sé) que son los míos.
Y giro mirando al mundo girar.