Escribiendo Epílogos en el Vacío
zigzagueando sobre las colinas,
asaltando paraísos inmortales,
creando epílogos incontables.
Cientos de soles marchan,
tus ojos en mi mente atenazan,
mis manos, mi cuerpo,
desapareciendo.
Vuelve a sonar
la respiración del viento,
a silbar entre las olas y los árboles.
Es la vida, dice,
es la vida, que escribe.
Y caminas, sin huellas,
y rozas tus labios en su cuello,
que no es el mío,
y no lo siento.
Las ruinas del pasado
continúan desmoronándose,
retazos borrados que se mezclan en un recuerdo,
creando realidades paralelas
que mueren en su mismo nacimiento.
Y si, te sigo viendo,
en una estación atemporal,
porque entre los escombros sobrevive tu recuerdo,
hablando en el silencio,
siendo realidad entre mentiras,
luz en la sombra.
Y sigo gritando tu nombre,
hacia las estrellas…
Que comienzan a caer del cielo.
Ahora que la canción se ahoga,
ahora que tus oídos todavía escuchan,
quiero retenerte,
porque a pesar de todo,
no puedo olvidarte.
«Y el viento fluye junto al tiempo, al unísono, escribiendo epílogos en el vacío.»