Año Nuevo
El círculo vuelve a completarse, después de trescientos sesenta y cinco días… O eso dicen. Un año nuevo, que no deja de ser una excusa para comprar nuevos calendarios, para crear nuevos planes que casi nunca se cumplen, para ser un día más viejo que ayer, para montar atascos interminables de carros en los supermercados.
Año nuevo, que huele igual que el anterior, que avanza imparable hasta su propio fin, formándose a partir de lo que vives, de los instantes que queramos y nos obliguen a crear.
Días de fiesta, de alcohol, de mareos, tropezones, caídas y empujones. Para unos con familia, amigos, risas y conversaciones interminables. Para otros con la agridulce soledad, lágrimas tímidas, lágrimas incontenibles, silencios continuos y dos trozos de pan que atrapan entre ambos una mezcla de todo lo anterior.
Deseos, promesas, discursos, esperas y disputas. El año viejo no quiere marcharse cuando su vida comienza a apagarse, se aferra a la existencia cuando las horas se cuentan con los dedos de una mano. Unos celebran su muerte y otros añoran lo que dentro de su corazón ha creado a lo largo de los días.
Brindis, copas que se rompen, gargantas que tragan y se atragantan, lluvia, oscuridad y estrellas. El nuevo año se irá tarde o temprano, en silencio, en contraposición al ruido que provocó su llegada, una traición que han sufrido muchos antes que él.
Espero que este año consiga haceros olvidar la muerte de su antecesor.
Gracias por visitar un año más “The Lost Silence”.
Feliz ano, Richard. Obrigado polo que escribes.
» O meu corazón é como a pedra dura / Fai como a laranxa cando está madura «
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Moitas grazas rapaz, é un placer leerte a ti tamén.
«As laranxas nacen dos muros de pedra agora, porque os árbores xa morreron fai tempo»
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