
Era el bosque
hablando a la noche,
eran sus postales
degolladas al viento.
Reencuentro de murales,
de flores contrapuestas,
de lluvia y fuego
volando bajo la piel,
resonando entre los huesos.
El pasado se vierte
en fotones perdidos,
en cascadas de luz bronceada.
El futuro se divierte
viendo tu recuerdo sobre lienzo,
viendo las postales volando,
viendo el paso tropezar.
Era el bosque
o la noche,
suspirando sobre tus gafas,
evaporando las preguntas,
dibujando la bruma.
No sientas el viento
como si se hubiese ido.
No admires a los pájaros
como si tu freno gastado
rompiese sus nidos.
Dóblame entre páginas viejas,
guárdame bajo llave,
y no tatúes mi nombre
sobre el presente que se va.
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