De mariposas negras

Creo haberte soñado,
aunque tu cara se transformaba,
aunque tu piel era de otras,
de múltiples mitades en un cielo nublado.
Las neuronas, abrazadas,
se cuentan una historia,
una fotografía que van quemando
poco a poco, susurrando nombres.
Y no hay letras bajo el pecho,
no hay parajes, no hay caminos,
que lleven a reencontrarme,
a sentirme bajo tu sombra, otra vez.
Por eso sueño…,
tres mariposas negras
en el cielo acristalado,
en el océano que brilla
o brillaba, como nunca.
Creo haberte soñado,
sabiendo que no estabas conmigo.
Creo haber dicho:
Tranquila, sólo son
las mariposas negras
contándome una historia.
Un bonito recuerdo de verano,
que ellas mutaban,
rompían y quemaban.
Me cuento una mentira cada día,
por haber perdido tu estela en el aire,
por haber roto la promesa,
por haberme olvidado a mí mismo.
Había dejado algo atrás
que las neuronas han devuelto,
que las mariposas han zurcido
en una nube de imágenes,
de bonitos recuerdos.
Porque se reunieron esta noche,
porque se abrazaron como nunca,
emitiendo destellos dorados
sobre el insondable vacío.