Cartas a mi Sombra
Vuelve a ser de noche, no he visto la hora, ni lo necesito, todo sigue en el mismo punto y lo que marquen unas agujas no cambia el sentimiento que me domina.
El café comienza a caer sobre la taza, describiendo una parábola sobre la superficie fría de la cerámica nueva. Bebo poco a poco mientras mis ojos contemplan una ciudad gris, una ciudad borrosa a causa de la lluvia y la oscuridad.
Algo cae sobre el tejado, un golpe seco que hace que despierte de aquel sueño, un estruendo fugaz, que hace que todos los músculos de mi cuerpo se tensen.
Puedo oír un gemido, algo que se arrastra haciendo extraños sonidos que me hielan la sangre… Intento controlar el miedo que intenta apoderarse de mí pero algo o alguien sigue arrastrándose sobre el tejado.
Después de unos segundos aquel ruido desaparece, sin más, poco a poco empiezo a creer que todo ha sido fruto de mi imaginación, o de las múltiples noches que llevo sin dormir.
Cuando todo parece volver a la normalidad una silueta con ojos negros aparece frente a mí, observándome inmóvil desde el tejado contiguo. Corro hacia el trastero, mientras escucho a mis espaldas el ruido de unos cristales quebrándose.
Estoy encerrado, el miedo no me permite abrir la puerta. Escucho gemidos y golpes sucediéndose, a veces cerca y otras lejos…
La oscuridad me rodea, el sudor y las lágrimas llegan a mis ojos sin poder evitarlo, deseo estar en cualquier lugar, deseo correr hacia la salida y bajar las escaleras hasta la calle… Pero no puedo, el miedo me lo impide.
Algo roza la puerta de madera, a pocos centímetros de mi cara, creo que me ha encontrado. Los golpes se suceden cada vez con más rapidez, mi corazón late a una velocidad desorbitada, creo que ha llegado el momento, creo que esto se ha acabado…
“Las paredes blancas, la cama blanca, la gente vestida de blanco… A veces le llevan comida, otras simplemente le preguntan qué tal está, pero él necesita escapar, escapar de la sombra de ojos negros y rostro vacío, necesita huir de la criatura que gobierna sus pesadillas…”
Hermosas líneas. Como siempre… Saludos.
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Muchas gracias amigo, un abrazo.
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