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Paseo sin Retorno

 
 
Estaba oculto bajo su cama, los ruidos se sucedían, era de noche, una noche oscura, sin luna. Los mayores hablaban de algo que se ocultaba en la oscuridad, de algo que habitaba el bosque, la gente desaparecía y todos se lanzaban preguntas y acusaciones…
 
Las ramas de los árboles tocaban las ventanas de su habitación, y producían un ruido chirriante, como un grito lejano, una llamada de auxilio de un ser inanimado. El frío atravesaba su cuerpo, y de su boca salía aire humeante.
 
El pomo de la puerta se movió… solo durante un breve instante, pero quizás no fuera verdad… quizá lo había imaginado…
 
Miró la ventana de nuevo, el viento silbaba en el exterior, y se unía al grito ahogado de las ramas, el miedo estaba ganando la batalla, se sentía cansado, pero debía esperar a que la noche terminase y llegase el día…
 
El pomo volvió a moverse, esta vez durante varios segundos, esta vez estaba seguro, algo estaba intentando entrar…
 
La puerta se abrió lentamente, despacio, con un ruido estremecedor, su corazón retumbaba dentro de su pecho, su respiración se volvió rápida y notaba que le faltaba el aire… Y en ese momento… lo vio…
 
Unos ojos grandes pegados sobre la cara de un niño… un niño como él, un niño que susurraba palabras que no entendía… y que le indicaba que lo siguiese…
 
Salió de debajo de la cama, hipnotizado por aquel niño que lo observaba sin expresión en el rostro… cogió un muñeco cuyos ojos eran botones negros como la noche… y siguió al niño de los grandes ojos, cuyos pies se deslizaban por el suelo, sin hacer ruido…
 
Lo buscaron durante días, lo buscaron pero solo encontraron el muñeco sin ojos en los lindes del bosque impenetrable.

3 comentarios sobre “Paseo sin Retorno Deja un comentario

  1. Estoy asombrada.

    Si hubiera una calificación de «extraordinariamente terrorífico» sería lo que puntuaría.

    La forma de relatarlo, pausadamente, hace incrementar el suspense y el terror de la historia.

    Y la inclusión de ese niño que se lo lleva, el punto álgido de terror en esta historia sin duda.

    Y el final, ya fue la guinda, como siempre en tu línea de espectaculares relatos.

    Extraordinario!

    Saludos! n.n

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