Creo que nunca he pensado en cerrar este blog, no quiero ponerle una fecha de caducidad como ya he visto en algún otro y es posible que la última publicación en este espacio sea como todas las demás, sin despedidas, pues realmente nunca hubo un saludo inicial. Quizá con ello he sido algo maleducado, disculpadme.
Esto es como mi casa, no os voy a mentir, es algo propio, algo que siempre ha formado parte de mí mismo y que desde hace poco tiene nombre. Un nombre que quizá no sea el más adecuado, pero… Cuando tienes un hijo, una mascota, o cualquier otra cosa a la que deseas nombrar, no sabes realmente cómo será o en qué se convertirá a lo largo del tiempo… «The Lost Silence» no es el nombre que yo le daría en este momento, pero es el nombre que en su momento quise darle.
Imagino que muchos de los que entráis lo hacéis por accidente, y prácticamente todos los que os dejáis caer escaparéis pronto hacia otros lugares, sin percataros siquiera de lo que contiene. Es lógico, es como caminar por la calle entre un montón de gente, fijar tu mirada en alguien y después apartarla para seguir caminando. Una minoría quizá lea un párrafo, con suerte, y otros llegarán a esta parte del texto y se irán. Pero quizá, si esperamos pacientemente veamos que alguien lee todo un relato o alguno de los poemas que sobreviven entre las pequeñas olas de este espacio y compartan conmigo su tiempo, al fin y al cabo, escribo para este último caso.
No sé cuanta vida tendrá, como ya he dicho, pero espero que no sea poca. Pues a pesar de no expresar mi vida directamente, en él he vertido gran parte de mis miedos, sueños y demás tonterías que ya os imaginaréis si habéis leído algo de lo que escribo y sino, siempre estaréis a tiempo, porque mientras uno vive, el tiempo se puede invertir en mil cosas diferentes, aunque casi siempre los días pasen esperando al siguiente.
20.000 visitas… 24 seguidores, 21 miembros… No es mucho, pero todo comenzó en la nada, en el vacío y frío espacio de un blog recién nacido, que respiraba únicamente bajo un nombre, que no tenía rostro ni palabras.
No soy bueno para estas cosas, pero de nuevo agradezco vuestra visita, porque este sitio es muy pequeño y con poca luz, pero no os faltará nunca esa palabra que últimamente se escucha tan poco…
«Gracias»… Y hasta pronto.
Deja un comentario