Bailarás una noche más
junto a esa sombra
en la caja
de los pájaros mudos.

Los haréis volar
mientras termino el personaje,
perdido en su baile
de calaveras,
de ruinas y humo.

Solo quedan pinceladas y ya
será la película que buscaba
ese reflejo que cada día
me mira asustado
al otro lado.

Tantos castillos, ruinas,
laberintos, semillas
de historias de brechas,
golpes y bares
para que todo siga
sin su final.

En la sombra de cada historia,
periferia de muñecos de trapo,
princesas con ojos de cristal
y soldados cojos
siempre
me he sentido en casa.

Bandera roja
al pie de mi ensenada
y unas cuantas
botellas incendiarias
se van flotando ya
a la deriva.


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