Estrellas de barro

Me veo
enredado,
somnoliento,
tejiendo verdes
y azules de algo
parecido a un cuento.
Con un salto de fe
que me impongo
cada amanecer, de perfil,
de látigo y niebla.
Febril pasajero del miedo,
capitán de barro
que se difumina
con el viento.
Me veo en la comisura
de un bosque de textos,
de palabras como puzles,
de imágenes que se repiten
y cantos ahogados
de lechuza.
Soy ratón, hoy,
ratón de tubería angosta,
ratón mordisqueando la luna
en el reflejo del agua,
que devuelve a sus ojos
la imagen de sí mismo
vestido de halcón.
Me veo, minúsculo,
viendo cómo te desvistes
en círculos de vapor,
en nubes de cosas que dijimos,
en puntos y comas
formando uno, dos
y cien muros.
Veo una abertura en el bosque,
un río que atraviesa la cresta
de un horizonte diferente.
Pero ya me he dado la vuelta
porque temo el brillo,
la luz cegadora y el color…,
me abruman.
Oscuro ratón que pulula
en la ciénaga de un polvorín
de recuerdos descompuestos
y estrellas de barro.