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Pétalos Negros

Recuerdo aquella flor sobre la repisa de la ventana, mis ojos la contemplaban desde abajo, parecía estar lejos, muy lejos, en lo alto del mundo, observándolo todo.

A veces me cogías en brazos para que pudiese ver más cerca su perfección infinita, los rayos de sol recortando su silueta y el viento meciéndola en silencio.


La vida parecía fluir desde su interior cuando observaba sus pétalos, con aquel color extraño que cambiaba en los días de lluvia…


A medida que el tiempo iba pasando la flor se mantenía allí, mirando el exterior, impasible en su burbuja de cristal.


Recuerdo el día en que me fui, cuando la mire por última vez bajo los rayos de sol… Me dio fuerzas para arrastrar la maleta sobre el frío suelo y despedirme de ti…


Una tarde, años después volví a casa… el cielo estaba cubierto por una capa gris, y el agua caía desde las nubes con fuerza.


Los pétalos estaban esparcidos sobre la habitación, perdidos bajo la ventana, abatidos por el pasar de los años. Recogí su cuerpo mientras las lágrimas seguían cayendo de mis ojos y me despedí de nuevo de aquel lugar que ahora se había vuelto tan oscuro.


En el fondo lo sabía, ella solo era el reflejo de la luz que trasmitías a todas las cosas que me rodeaban…


Posé la flor sobre la húmeda tierra, bajo tu nombre escrito sobre la piedra, y permití que la lluvia arrastrase todo lo malo, que arrancase de mi cuerpo el recuerdo de la muerte y el paso del tiempo…






 
 

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